dijous, d’agost 27, 2009

Mi opinión del film "Mapa de los Sonidos de Tokio" de Isabel Coixet

El nuevo film de Coixet, es un mapa de los sonidos, sentidos y erotismo de Tokio. Un film thriller-erótico sobre Ryu, una bellísima asesina a sueldo (Rinko Kikuchi, quien fue nominada al Oscar por su interpretación en “Babel”), débil y frágil que subyace a sus remordimientos y sobretodo a sus deseos. Es una mujer enigmática que esconde un secreto, su profesión; que le agrada comer Mochis de Fresa, ir al cementerio Aoyama a limpiar lápidas los domingos y que su único amigo (Min Tanaka) es un técnico de sonido que está platónicamente enamorado de ella por la forma en que hace ruido sorbiendo el ramen, con el que casi no hablan, les gusta disfrutar del silencio y sin embargo es el narrador de la historia y como tal, el único que sabe toda la realidad de Ryu. Una metáfora de un film donde el sonido es parte del título pero sin embargo son los silencios lo más importante de la historia, lo que no se cuenta, las preguntas sin respuesta, los deseos silenciosos que la gente pide en Shimokitazawa; las profesiones ocultas y no reveladas, los mensajes en un contestador jamás respondidos y donde “Enjoy the Silence” metafóricamente, forma parte de la banda sonora.

El film nos narra en tercera persona la vida de una atractiva mujer, Ryu, que trabaja en el mercado del pescado de Tokio y esporádicamente es asesina a sueldo. Un día es contrada por el presidente (Takeo Nakahara) de una importante empresa, para matar a David (Sergi López) al culparle de la muerte por suicidio de su única hija, Midori. Con ésta estructura narrativa triangular simple, Coixet, nos explica una historia desde un prisma oriental y que en ciertos instantes nos puede recordar al suspense sentimental que nos tiene acostumbrados Won Kar-Wai. Si queremos ver el film desde una perspectiva occidental, los personajes caen rápidamente en la falsedad, los diálogos no son creíbles y mucho menos los silencios, es por lo tanto, importante ver el film desde los ojos de Japón sino se reducirá al sin sentido. Debemos leer la história desde un punto de vista oriental, sus tradiciones, el valor del Honor, el Respeto y la Amistad. Destacable también el erotismo del film, que nos presenta a dos personajes que sin hablar mucho pactan tácitamente una noche de sexo a la semana en una habitación-vagón de un Hotel Temático. David, el novio de la chica muerta por suicidio y objetivo de la asesina, decide superar su pérdida “follando” (como dicen ellos) con Ryu y así poder pensar en su querida Midori; sus formas son directas “quiero esto, luego lo consigo”; ella sin embargo, alivia su soledad con un David, que la hace reir al igual que gemir. Interesante es también la elección de los dos cuerpos completamente contrapuestos de los protagonistas por sus paises de origen: el de ella, japonesa es bello, delgado, fino, delicado, de piel blanca y formas aniñadas que contrastan con la rotundidez de López, que en este film se muestra como símbolo del macho ibérico con gran densidad de pelo en pecho y grandes dotes sexuales en tanto dar placer a la mujer.

Un film bello, donde la directora, gran amante confesa de Japón nos muestra las estampas típicas de una ciudad que ha fascinado con anterioridad a directores como Wim Wenders, Sofia Coppola o Chris Marker. En el film nos paseamos por el templo de Shimokitazawa; un restaurante lujoso donde el sushi se sirve sobre platos especiales: los cuerpos desnúdos de mujeres; nos muestra restaurantes tradicionales donde comen ramen; vemos la bahía de Tokio desde Odaiba; circulamos por el Rainbow Bridge; nos adentra en el Tsukiji el mercado del pescado de Tokio donde trabaja la protagonista o nos deleita de vistas aéreas de la ciudad donde podemos apreciar su tráfico, los rascacielos y el mar de rótulos luminosos publicitarios. Tokio como ya nos presagia en el título es un personaje más del film.

Otro gran protagonista del film es el sonido. Isabel Coixet escribe respecto a la BSO del film: “La banda sonora de mis películas es para mí, un protagonista más, como la luz, el paisaje, los movimientos de cámara o el trabajo de los actores”. Los Sonidos te envuelven en todo instante, sólo podemos sentir el silencio en la secuencia del cementerio, en el resto del film, oímos el rugir de la metropolis, la respiración y jadeos de los protagonistas cuando “follan”, el llanto del padre desconsolado… y una banda sonora, fantástica, donde podemos deleitarnos de grandes canciones como “Japanese Girl” del grupo Bedroom, una pieza maravillosa de Max Richter el compositor de bandas sonoras como “Wals with Bashir” o piezas interpretadas por artistas japoneses como Noriko Awaya, Hibari Misora quien hace una versión de la conocida “La Vie en Rose” pero cantada en japonés; y no sin restar importancia, una versión de “Enjoy the Silence” cantada por Sergi López en un karaoke haciendo gala de su mal cantar. Y el film cierra con la melancolía de Anthony & the Johnsons.

La fotografía del film es exquisita, Coixet no nos defrauda, colores saturados que a ratos recuerdan a Won Kar-Wai. El tempo del film es pausado al estilo que nos tiene acostumbrados oriente al explicar sus histórias, quizás en alguna secuencia es excesiva la lentitud. Los decorados son también muy relevantes, la vivienta de alto standing del presidente de la corporación CEO Nagara (Takeo Nakahara) es de gran un lujo, un piso enorme en lo alto de un rascacielos con vista a la copia roja de la Torre Eiffel; en contraposición el piso de Ryu la protagonista que es autero, grande para ser de Tokio, poco amueblado pero con mucha clase, que nos describe que allí no vive una chica con el sueldo de cortadora de atún en el mercado del pescado, allí vive una chica con clase pero solitaria que se gana la vida de otra forma; podemos adentrarnos en el piso del amigo, una casa tradicional en el corazón de Tokio con sus puertas típicas de papel de arroz, su tatami y su jardín zen; la habitación decorado como el vagón de un tren del Hotel temático donde los protagonistas disfrutan de sexo en las noches del jueves; y por último, vemos la tienda de vinos del protagonista masculino, David (Sergi López) decorada al estilo de las vinicotecas españolas.

Un film muy interesante a los que como yo son unos amantes de Japón.
Después de ver éste film aún me dan más ganas de viajar al país Nipón.

Sayonara!

Os dejo el tráiler:

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