divendres, d’agost 14, 2009

// Critica ANTICHRISTo

El Anticristo de Lars Von Trier intenta provocar desde el primer instante, es un film sobre la naturaleza humana, pero su mensaje es pretencioso, vil, misógino y completamente absurdo. No exento, pero, de algunos instantes de gran belleza y de unas interpretaciones magníficas.

Primero, unos títulos de crédito chirriantes y de caligrafía desgarrada donde sólo leemos 'a Lars Von Trier' y 'Antichristo', donde podemos apreciar que el grafismo de la composición de las letras no es nada arbitrario, pues la "o" queda encima de la "t" formando un símbolo de Venus, es decir, femenino.

Abre con un prólogo bellamente filmado en blanco y negro, a cámara muy lenta. Mientras oímos una aria de Handel, vemos a una pareja casada (Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg) haciendo el amor explícitamente en varios rincones de la casa, sus cuerpos jadean, nos recreamos en sus facciones deformadas por el placer, están totalmente ajenos a la tragedia que ocurre al otro lado del pasillo donde su pequeño hijo encuentra la muerte al caerse desde una ventana.

Tras este incidente, Ella, la madre, entra en una espiral autodestructiva de culpabilidad y depresión. La intentan tratar en un Hospital, donde la tienen totalmente drogada. Él, que es psicólogo decide llevársela a casa y tratarla él mismo. Para que ella pueda superar sus miedos, deciden ir a una cabaña en medio del bosque, llamada Edén, un sitio donde ella había pasado el último verano en compañía de su hijo y que esconde un oscuro secreto. Él, sin saberlo desata un proceso que le llevará a un trágico final.

Antichrist, debe leerse en clave religiosa, es una versión con firma Von Trier, de la "Caída del Hombre" que se describe en el Génesis, donde Adán y Eva vivían en perfecta armonía en el jardín del Edén, pero por un gravísima elección que toma ELLA, pues ella es la culpable, ella es la débil… y por su culpa, son expulsados del Paraíso. La mujer lleva en sí la culpa del pecado original al comer del fruto prohibido, simbolizado en el filme por la lluvia de bellotas que chocan ruidosamente contra el techo de la cabaña. El título nos da muchas pistas, AntiCristo, anti=contrario o opuesto a Cristo; Y así, Satanás, la encarnación suprema del Mal, se nos presenta. Anticristo también es todas aquellas personas que fueron acusadas de tener creencias distintas a las del cristianismo y bajo ésta teoría en el siglo XVI fueron asesinadas centenares de mujeres acusadas injustamente de brujería, ‘Gynocide’. La mujer, en este film es el eje del mal, no tiene piedad, incluso es culpable de infanticidio, es el mal en estado puro. Nos recuerda a ciertas religiones que plantean que Satanás era mujer. Satanás en latín satâna, significa adversario, enemigo. El film huele así, a misoginia, la mujer retratada nos produce aversión y odio.

Siguiendo con la simbología religiosa, aparecen en cada capítulo del film, tres iconos mitológicos importantes; el Ciervo, el Zorro y el Cuervo, "los tres mendigos". Los tres animales son portadores de los tres estados psicológicos de un proceso de duelo por una pérdida: tristeza, dolor y desesperación; y como no, son hembras que nos muestran la muerte y la oscuridad. El Ciervo: simboliza el alma de Dios, es el origen de la tragedia-conflicto, es también la representación del árbol de la vida y aquí, nos muestra una cierva que corre con la matriz y un feto colgando, es el recordatorio de la muerte de un hijo; el Cuervo: aparece moribundo pues es el símbolo de mortalidad y de profecía funesta y el Hombre (Dafoe) intenta matarlo; y por último, el Zorro: simboliza el diablo, la astucia y el engaño, pero Von Trier nos muestra de una forma casi cómica, un zorro en un momento clave sobre una música chirriante, advierte (con voz de Von Trier) que la calma aparente no es real, esto es el "el caos reina" a un Dafoe totalmente consternado por su visión. Pero, el Zorro tiene la razón, a partir de ese instante se inicia el caos en el film y nos traslada a un final, espeluznante, repugnante y totalmente, torturador y asqueroso.

Hay en el film varias referencias o inspiraciones interesantes, como los cuerpos retorcidos entre las raíces de un árbol que me recuerdan a las pinturas de el Bosco, así como varios grabados que la protagonista colecciona como fuente de investigación para una tesis. La obra de Bosco, es interesante también para poder entender varias elecciones fílmicas que el director ha optado para mostrarnos su Edén, el sarcásmo, la deformación de las fugas y la distorsión de las formas, los cuerpos desnudos que lejos de provocarnos lujuria provoca estupor. Así como la presentación de los animales como el bestiario típico en las obras de Bosco, aparecen casi divinizados, envueltos siempre por una aureola, oníricos pero a la vez grotescos; pues a la cierva le cuelga un feto muerto, recordando así el incidente originario de tal tragedia, la cuerva casi difunto se retuerce de dolor pero sobrevive a los fuertes golpes que recibe del Hombre y el zorro se come así mismo, recordándonos así, la autodestrucción de los personajes. Además tal inspiración encaja en el film, pues en la obra de El Bosco siempre se puede leer un mensaje moralista, si bien de un moralismo nada pacato sino, por el contrario, satírico.

La película se muestra dividido en un prólogo, cuatro capítulos y un epílogo. Donde fílmicamente se nos presenta el prólogo y el epílogo en un riguroso blanco y negro y el resto del film a color. La oscuridad gobierna en todo el film, los decorados son austeros y hostiles; la ausencia de estilismo, sobretodo en ella, nos muestra a los personajes desnudos, reales, demacrados y consternados por su realidad, y a lo largo de la historia Von Trier se divierte en mostrarnos con imágenes crudas y tremendamente realista, provocador e incluso pornográfico, de su descenso a los infiernos.

El Sexo, durante todo el film está muy presente, como si fuera un personaje más. Ella, el Mal, está totalmente obsesionada con el Sexo, el pecado, e incita repetidas veces a Él a probar esa fruta prohibida, recordándonos nuevamente al pecado original del Génesis. Es nuevamente a través del Sexo incitadora del Mal. Es también una forma superficial de aferrarse a una relación evidentemente muy deteriorada incluso antes del incidente que provoca su destrucción final, la Muerte. El Castigo máximo que provoca Ella, es la mutilación de sus genitales, como último recurso para erradicar el Mal, pero aún así, resulta inútil y el Mal persiste.

Al final del film, Von Trier nos sorprende con un gran final, que en la proyección de hoy ha causado varias risas en el cine, pues dedica el film a Andrei Tarkovsky, inexplicablemente, yo no he hallado referencia alguna al artista ruso, ni he comprendido tal dedicatoria fuera de buscar un paralelismo en la inquietud de Trakovsky de buscar la naturaleza humana y de indagar en sus films, el interior de sus personajes.

Os dejo el trailer:

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